¿Sabías que existe una batucada compuesta únicamente por personas con lesión medular?
Todos los lunes las usuarias y usuarios de nuestro centro tienen una cita para ensayar los ritmos de una orquesta muy particular: Sus instrumentos no son los de una orquesta, tienen nombres tan curiosos como timba, agogo, repique, tamborín o surdo. Tampoco tocan música clásica, sino ritmos muy bailables a base de instrumentos de percusión. A esta «orquesta» se la conoce como Batukada. Y en la Fundación, existe desde hace años bajo el nombre de BATUMKAS.
Cómo surge la batukada
La batucada de la Fundación empezó en el 2012, a raíz de la propuesta de la Asociación Ático 13. A lo largo de ese año se buscó cómo adaptarlos a las necesidades de cada usuario y se fueron consiguiendo los distintos instrumentos, primero prestados y luego adquiridos. Atico13 desaparece y en su lugar entra la asociación la kalle Vallecas, formada por gente joven con riesgo de exclusión social. Ellos son los profesores.
Las ventajas de participar en una batukada.
Los integrantes de una batucada trabajan la concentración y el ritmo, perfeccionan los conocimientos de música. Además, requiere un buen trabajo en equipo y la coordinación entre personas.
Participar en una batucada teniendo una lesión medular permite añadir fines terapéuticos: es como una terapia ocupacional donde se aprende a tocar un instrumento gracias a las distintas adaptaciones que podemos crear.
Rosa Novoa es usuaria de nuestro centro y participa en la batucada. Debido a su lesión no puede hacer pinza con las manos y por ello necesita que se le adapten los instrumentos encintándole la muñeca para tener una base de sujección: “me colocaban en el dedo gordo y en el índice las protecciones con gasas, luego me colocaban la “baqueta” entre los dedos y luego encintaban todo.”
De esta manera, Rosa puede tocar el repique, su instrumento, como cualquier persona: “Tocar un instrumento me ha gustado siempre en grupo con gente con discapacidad igual que yo, que creía que no iba a poder acceder nunca”. Juntarse con personas que comparten tus circunstancias se siente también como una terapia.
Durante el ensayo, todas las personas tocan con ritmos según las señas del profesor. En una pizarra se escriben los ritmos que se van tocando. Para Rosa, es uno de los momentos más emotivos: “Lo único que quieres es sacar el ritmo. Te envuelve la música y a bailar.”
Nuestros artistas cuentan con un voluntario de la ONCE que ayuda con las adaptaciones, a montar y desmontar y además toca con algún instrumento. Todo se sostiene gracias a una pequeña cuota que paga cada usuario a la asociación.
Una forma de entender la vida. Una forma de entender el barrio.
La escuela de batucada está siempre abierta a nuevas participaciones. Cuantos más mejor. No solo hace ensayos, sino que sale a la calle en cuanto puede, ya que su objetivo siempre ha sido dar visibilidad a las personas con discapacidad y hacernos visibles en el barrio. Ser un ejemplo de una batukada con discapacidad.
Al principio se creó con la idea de darse a conocer fuera de nuestros muros, en Vallecas -nos lo explica Yago, animador sociocultural de la Fundación- Gracias a la batukada somos más visibles en Vallecas porque estamos en la izada de la bandera del orgullo gay, estamos en el día del rayismo, estamos en las fiestas de la Carmela, entonces es lo que queremos, ser parte del barrio y que la gente nos vea como unos participantes más. (…) y así es como creo que hacemos barrio entre todos, la suerte que tenemos de estar en Vallecas”
La Batukada de la FLM nació hace más de diez años para demostrar que, junto a todas las actividades que se hacen en la Fundación, todos podemos hacer cosas cuando se viene de Toledo. Que la lesión no es el final.
*Este artículo ha sido escrito por usuarias y usuarios de la Escuela de Radio bajo la supervisión de su profesor.
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