«Cuidando al cuidador»

«Cuidando al cuidador»

  • A nivel psicológico, el cuidado del cuidador es esencial para que se mantenga el bienestar de la salud mental todo lo posible.
  • Por lo tanto, se trata de identificar algunas señales que tienen que alertar de que necesitamos dedicarnos más atención a nosotros mismos como cuidadores.

Departamento de Psicología – Fundación Lesionado Medular

En este momento de confinamiento y debido a la falta de experiencia con una situación similar, nos encontramos con cambios emocionales más recurrentes. Del mismo modo, nuestros hábitos cotidianos de descanso y alimentación han podido verse alterados.

Uno debe vivir con estos cambios continuos sin intentar atraparlos ni rechazarlos y ser conscientes de que no permanecerán siempre. Se debe aceptar que no tenemos los mismos recursos que habitualmente y que nuestra rutina se ha perdido. Para aceptar esta situación, es necesario tolerar que no se dispone del control de la misma y analizar dentro de las posibilidades y del repertorio conductual habitual, cuáles son las fortalezas y habilidades que se pueden llevar a cabo en esta situación.

Si estamos cuidando a una persona dependiente, es más probable que en esta situación nos hayamos podido sentir superados, con falta de concentración o mayor cansancio físico. Por ello, no dude en expresar estos sentimientos, es una manera de hacerlos conscientes, poner palabras a lo que uno tiene dentro y liberarse de ellos. Del mismo modo, es una forma de comunicarnos con los demás y de poner límites en cuanto al cuidado. Si le cuesta expresarlo, puede hacerlo por escrito tomándose su tiempo. Al expresarlos está estableciendo sus límites, compartiendo responsabilidad y es más probable que pueda encontrar soluciones.

Siendo familiar y/o cuidador de una persona dependiente es probable que surjan sentimientos de culpa o malestar cuando uno se niega a realizar una atención, pero se trata de una manera de respetarse y de comunicar asertivamente. El límite es todo lo que la persona con lesión pueda hacer de manera autónoma. Se trata de mantener esta autonomía y fomentarla. (1)

Una vez que ha expresado sus emociones se debe poder mantener cierto control de su propio comportamiento. Por lo tanto, desatienda todos los pensamientos que le mantienen preocupado y que no le permiten vivir el momento presente. Es inevitable pensar en un futuro próximo, pero cuando se trata de pensamientos intrusivos que no le permiten concentrarse y que persisten temporalmente, uno debe dirigir sus recursos cognitivos a otras tareas.

Por ello, la recomendación es planificar las actividades cada día, incluyendo tareas que le permitan su disfrute personal y evadirse de la situación de cuidado. Dedíquese un tiempo para usted diariamente realizando una actividad en la que siente control y autoeficacia (desde tareas manuales, de cocina, pasatiempos, lectura, escuchar música o tocar un instrumento…)

Procure mantener hábitos saludables dentro de las posibilidades de confinamiento. Preste atención al ejercicio físico (realice paseos, coreografías de baile, ejercicios de fuerza o resistencia, meditación, yoga…). Esta es una manera de descargar energía y mantenerse activo físicamente sin que ello implique una carga.

A su vez, también debe cuidar su alimentación, manteniendo horarios y cantidad de alimentos habitual y acorde a su desgaste físico. El descanso es probable que se haya visto afectado, pero para que se recupere debe eliminar la luz de las pantallas a última hora de la tarde, ir reduciendo la estimulación, evitar la toma de sustancias excitantes (cafeína, teína, alcohol…) y mantener horarios regulares. (2)

Otro aspecto que debe cuidarse es fortalecer las relaciones interpersonales. Mantenerse activo con las personas que le apoyan, sus contactos sociofamiliares beneficiará su salud mental. Por ello, establezca una rutina de videollamadas, escriba a sus familiares y manténgase comunicado con ellos. Para esta labor las nuevas tecnologías de las que dispone pueden ayudarle notablemente.

Recuerde que si usted no se encuentra bien, la calidad de su cuidado se reducirá y esto repercutirá directamente en las personas dependientes a quienes usted apoya.

Si a pesar de cumplir todas estas recomendaciones saludables, mantiene su malestar, no dude en pedir ayuda a los recursos de salud y comunitarios que tenga a su disposición. Nunca decida automedicarse como primera alternativa, déjese guiar por especialistas clínicos que analizarán su caso y le recomendarán las mejores medidas haciéndole un seguimiento continuo con el fin de que pueda mejorar.

Referencias

(1) Los Derechos Asertivos

(2) Guía de Pautas de Higiene del Sueño del Servicio de Neurología del Hospital Sanitas La Moraleja

(3) Guías Discapnet: «Cómo cuidarme yo»

 

 

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