En varias ocasiones hemos hablado en nuestra sección de artículos de la importancia de tener la musculatura de los miembros superiores en un estado óptimo.
Potenciar la musculatura en los brazos, indistintamente de si la lesión se encuentra en la región cervical como si se encuentra en la región dorso-lumbar, siempre será un objetivo terapéutico: potenciar la musculatura que se preserve en los brazos aumentará la autonomía de nuestros usuarios, y mejorará, por tanto, su calidad de vida.
Entonces, ¿Qué diferencia hay entre potenciar la musculatura usando unas mancuernas/lastres o trabajando con un sistema de poleas?
¿Por qué a veces potenciamos la musculatura de los brazos con pesas y otras con poleas? ¿Sabes qué diferencias ofrece su uso?
Hay muchas formas de trabajar los brazos para que estos ganen fuerza. Desde el servicio de rehabilitación tratamos de ofrecer distintas actividades persiguiendo un mismo objetivo, con ello conseguimos dinamizar las sesiones y aumentar la adherencia al tratamiento. Además de mantener la motivación.
La principal diferencia biomecánica, es que con las mancuernas o lastres el recorrido es libre en todos los planos. En cambio, cuando realizamos una actividad con el sistema de poleas, el movimiento está guiado, ya que las poleas ofrecen un recorrido delimitado por el raíl. Aunque el objetivo que se persigue es el mismo, el camino para lograrlo es diferente.
Aunque lo ideal es combinar ambos entrenamientos, las poleas son especialmente útiles si no se preserva totalmente la estabilidad articular. De este modo podemos prevenir posibles lesiones asociadas a la inestabilidad, aunque dependerá también de los kilos que se usen para realizar la actividad. También son muy útiles ya que permiten adaptar las cargas y facilitan la compensación cuando se preserva más fuerza en un brazo que en el otro. Debemos de tener en cuenta que con el sistema de poleas se puede suspender la extremidad y eso facilitará el movimiento.